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13.Abr.2014 / 06:02 pm / Haga un comentario

 

La grabación mostrada por el presidente Maduro de Ramón Muchacho es una prueba incontestable del apoyo y complicidad de este alcalde para con los violentos en el municipio Chacao. Las güarimbas son mucho más que manifestaciones de descontento, son parte de un plan con importantes niveles de articulación política, mediática, logística e internacional, cuyo objeto es la deslegitimación del gobierno bolivariano y la derrota de la Revolución a través del golpe suave.

De Muchacho, no nos extraña teniendo en cuenta su vinculación con Alfredo Peña cuando fue Alcalde Metropolitano, así como con Ivan Simonovis, Lázaro Forero y Henry Vivas, que junto a otros hoy prófugos, planificaron la masacre del 11 de abril, donde además, él se auto nombró Alcalde de facto de Caracas. Difícil creer que estuvo al margen de la conspiración, en su carácter de Prefecto de la ciudad y segundón de Peña. En la grabación, Muchacho menciona, sin pudor la posibilidad de existencia del paramilitarismo en su municipio, y su aviesa intención de derrocar al gobierno constitucional.

El ejemplo más conocido en Latinoamérica de esta aberrante expresión derechista, que no es solo una expresión tremendista del Muchacho, lo constituye lo sucedido en Colombia, donde el bandidaje paramilitar llevó la violencia hasta el paroxismo, incrementando el dolor de una guerra por causas políticas que ya lleva más de medio siglo. Este, es el camino que transita el sector fascista de la oposición, con la alcahuetería del resto de la MUD, que no condena abiertamente el plan güarimbero y rechaza participar en el diálogo de paz convocado por el gobierno.

De una manera hipócrita la derecha venezolana culpa a colectivos comunitarios de la violencia desatada con la intención de criminalizar al gobierno. La calumnia es tal, que llegan a achacar sus acciones delictivas a partidos y líderes revolucionarios. Ninguno condena la terrible quema de universidades, bibliotecas, CDIs y asesinatos a la GNB y PNB. Una vez más decimos: tenemos plena confianza en el Poder Popular y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Siempre nos hemos caracterizado por actuar de manera clara y, por principios, no recurriremos a métodos que atenten contra las reglas democráticas y los Derechos Humanos. Quien lo haga debe ser castigado.

Sobre Muchacho no hay lugar a especulaciones: a confesión de parte, relevo de pruebas. Sólo queda una duda, su alusión al tema paramilitar, ¿es una amenaza de lo que prepara o parte de la confesión de lo que ya ha hecho?

 

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